viernes, 10 de marzo de 2017

Daños colaterales

Existe una creciente y sibilina penetración intelectual de pseudomensajes inquisitoriales que no reparan en criminalizar de forma implacable a todo lo que se menea, si es que ello no concuerda con el pensamiento único al que cada uno se aferra. Ya no son los mensajes del miedo procedentes de los centros de poder, ya los fabrican ellos mismos o contribuyen, como un ejército clandestino refugiado en el anonimato, a arrasar al señalado emitiendo condenas inapelables. Para ello han hallado en WhatsApp, Twitter, Facebook y demás redes sociales una guillotina implacable que produce daños colaterales imprevisibles.