Han pasado más de cuatro años desde la
entrada triunfal del PP en la Moncloa
con una mayoría absoluta exultante,
en buena medida fruto, sin duda, de la ramplonería de la conciencia política imperante en nuestro país que llegó a asumir la
idea de que la responsabilidad de la
crisis económica era de todos y cada uno de los ciudadanos, así, medidos
por un único rasero, auspiciados por las perversidades atribuidas a los sueños de
Zapatero.