miércoles, 12 de agosto de 2015

El premio de los infames

Sí, ya lo saben todos ustedes. Lo sé. El Sr. Rajoy ha premiado a José Ignacio Wert, el señalado por la opinión pública como el peor ministro de la X Legislatura de la Democracia española, con la embajada de España en la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) en París, donde ya se encuentra su nueva pareja sentimental y, a la vez, su más estrecha colaboradora en su estrategia de desmantelamiento del sistema de educación pública y del mundo de la cultura, Monserrat Gomendio. O sea, que ya están juntitos para vivir una dorada luna de miel en la Ciudad de la Luz, al fin lejos de los bochornos sufridos semana tras semana cada vez que comparecían públicamente. Toda una dádiva de boda del Sr. Presidente, un premio a la incompetencia con que nos ha obsequiado durante tres años y medio este individuo. Al fin nos hemos enterado de su privilegiado destino.

Fuente de la Imagen: VANITATIS|El Confidencial
El cargo que ya ostenta el Sr. Wert lleva aparejado un fastuoso piso de 500 metros cuadrados en una lujosa avenida parisina, coche oficial, chófer, asistentes..., y unos suculentos emolumentos de 10.000 euros al mes más gastos de representación, todo a costa de cada uno de los españoles. Ahora dará por buenos los incontables abucheos y las muestras de desafecto con que se encontró en cada acto público al que asistía. ¡Qué me quiten lo bailao!, se dirá.

No dirán igual los miles de estudiantes a los que privó de sus becas,  las decenas de miles profesores interinos a los que mandó al paro, los investigadores que tuvieron que hacer las maletas en busca de árnica en universidades y empresas extranjeras, los deportistas de alto rendimiento que vieron cercenadas las ayudas al deporte o la pléyade de currantes de la cultura a los que asfixió con medidas de austeridad extremas. Y esto sin entrar en el vapuleo que ha propinado al ya maltrecho sistema educativo español forzando, sin el más mínimo consenso, una nueva ley de educación (LOMCE) que, desde hace año y medio, camina como pollo sin cabeza. Pero ello merece capítulo aparte.

Wert se ha comportado como un resultadista, un oportunista que ha sabido resituarse en los círculos de poder del Estado durante décadas hasta alcanzar su botín. Muchas fueron sus ruindades en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pero algunas no tuvieron paragón ni justificación moral. Relataré una de ellas que, no por olvidada por muchos, deja de retratar a este bellaco.
  
El 18 de noviembre de 2011, todavía con Zapatero en el gobierno, se publicaron en el BOE los nuevos temarios de oposiciones que habían de regir, a partir de entonces, los procedimientos de ingreso y adquisición de nuevas especialidades de maestros y profesores. Sustituían a otros que databan de 1993. Bien es verdad que el ministro Gabilondo podría haber esperado a los resultados electorales de tres días después, a pesar de su previa consulta a la mesa sectorial y obtener el visto bueno de los sindicatos, pero también es cierto que ya se hacía urgente una renovación de los conocimientos que habían de acreditar los futuros profesores para recoger, sobre todo, la inmensa revolución tecnológica que en las dos últimas décadas ha cambiado el mundo.


Fuente de la imagen: Diario EL PAÍS
Al pairo con el cambio, miles de opositores, preparadores, academias y editoriales se pusieron manos a la obra para adaptarse a la nueva situación curricular con el consiguiente desembolso económico para todas las partes implicadas en los nuevos procesos selectivos que se anunciaban para 2012 en distintas Comunidades Autónomas (Cantabria, País Vasco, Andalucía y otras que frenaron en sus propósitos al soplar de los vientos).

Pues bien, tras casi tres meses de rodaje de los nuevos temarios el Sr. Wert se despachaba, a golpe de BOE, con una orden ministerial en la que de un plumazo se los ventilaba y con un cinismo infame volvía a implantar los temarios de 1993. Tuvo que esperar casi tres meses para comunicar a los más de 60.000 aspirantes de toda España que el trabajo que habían realizado en ese tiempo era baldío, que tenían que volver a la prehistoria científica. "Si yo fuera opositor, estaría dando saltos de alegría"dijo, porque son los mismos contenidos que han venido apareciendo en los exámenes desde hace años, "y no uno con el que llevaban trabajando apenas unos días, suponiendo que durante las vacaciones de Navidad hubieran estudiado". ¿Se podrá ser más bellaco e irrespetuoso? Así justificaba la medida y con otras lindezas como éstas: los nuevos temarios eran "muy malos" porque "no servían para medir los conocimientos, ni su actitud pedagógica" (de los aspirantes), no servían para el sistema de selección del profesorado de "excelencia" que el Gobierno quería implantar. Con ello desacreditaba, con una falta de pudor intolerable, a los técnicos del ministerio que durante meses o años habían elaborado los temarios que él fulminaba con la falta de rigor que ha quedado patente. A la vez anunciaba un nuevo temario para 2013 que recogería los criterios de excelencia que él propugnaba para la formación del profesorado. Todavía estamos esperando los nuevos temarios, como tantas otras promesas que hizo.



Los denigrados opositores, especialmente en Andalucía, dieron un giro de timón y volvieron resignados a los viejos temarios en los que había que estudiar un sinfín de contenidos obsoletos, aunque se sintieron aliviados al ver que se hacía realidad la oferta de empleo público hecha por la Junta de Andalucía en diciembre de 2011 y se convocaban 2.389 plazas para profesores de enseñanza Secundaria, Profesores de Música y Artes escénicas en marzo de 2012.

Pero el señor Wert no había hecho suficientemente la puñeta, se había guardado un as en la manga en connivencia con el gobierno al que perteneció. Jugaron un mes más con la dignidad de los 30.000 aspirantes, y el gobierno anunció la impugnación de dichas oposiciones ante el Tribunal Constitucional (14/04/2012), que no sería admitida hasta finales de mayo por el alto tribunal. Las oposiciones quedaban suspendidas de hecho. Fue un desaprensivo calvario de cuarenta días, que supuso la frustración definitiva de aquellos con los que había jugado durante meses este enorme majadero. ¿Habrá mayor cúmulo de ruindades encadenadas?

Este señor, carente de crédito y estimación, no dudó en envilecerse cuanto fuera preciso para al fin alcanzar la cima en la que se regocijan los infames. Que disfrute de su ínsula Barataria a orillas del Sena, de la que, más pronto que tarde, muchos esperamos sea desalojadoNosotros aguardaremos, pacientes e indignados.

A.J.G.G.

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6 comentarios:

  1. Cuanta gente dañina hay en todo el planeta! Gracias por compartir. Un abrazo

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  2. No terminan con nuestro airado asombro dando pingües recompensas a la ineptitud. Todo queda en un "vamos a seguir repartiéndonos el pastel entre colegas". Malos directores, guionistas y actores para esta bochornosa obra "España nuestro corral". Está claro que ésto lo pagamos entre todos los contribuyentes. Rabia e impotencia, son algunos de los sentimientos que afloran con estos despropósitos de nuestros gobernantes. Has apuntado algunas cosas que no sabía, te lo agradezco de corazón.
    Quedan pocos meses para las elecciones, espero, de verdad, que la gente abra los ojos y demos un giro firme y beneficioso para la gran mayoría. Un abrazo.

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    1. Comparto tus deseos de regeneración, pero soy pesimista María José. Un abrazo.

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  3. Convendría hacer esto con cada incompetente que nos malgobierna, aunque se precisaría un batallón

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