domingo, 29 de junio de 2014

La casta se alborota

El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.

Winston Churchill 

Que buen tino ha tenido Pablo Iglesias, no el padre del socialismo español, sino ése otro, el emergido líder de PODEMOS, el fustigador de tertulianos y políticos amanerados, al recurrir para describirlos a ese término que tanto pica a unos y a otros: la CASTA.

No es que se sea tan novedoso el empleo reciente de la locución con el que los historiadores definen y explican antiguos sistemas de organización social cerrados y basados en los privilegios de cuna y, a la vez, profundamente endogámicos (sistema de castas de la India desde el segundo milenio a.C. o las castas coloniales del Imperio Español en el siglo XVIII). En la reciente bibliografía del llamado periodismo de investigación en España, encontramos trabajos que implícita (Elcortijo andaluz Agustín Rivera, 2012,  IndecentesErnesto Ekaizer−, 2013, o Piratas de lo públicoAntón Losada−, 2013)  o explícitamente (La casta: El increíble chollo de ser político en España  −Daniel Montero−, 2009) han recurrido al concepto sin que el gallinero se haya visto tan alborotado como en las últimas semanas.