martes, 27 de mayo de 2014

Esto también es Europa (S.A.)

Si usted escucha esta retahíla de siglas no se abrume si no es capaz de dar una respuesta adecuada sobre su significado: ERT (Mesa Redonda Europea de Industriales), CAG (Grupo Asesor sobre Competitividad), UNICE (Unión de Confederaciones de Industriales y Empleadores de Europa) o TABD (Dialogo Trasatlántico de Comercio). Corresponden a algunas de las organizaciones que engloban a grupos de presión que ejercen su influencia sigilosa y cuasi anónima en el proceder de las principales instituciones de la Unión Europea y en otras de ámbito mundial.

Hablar de grupos de presión es hacer referencia a aquellas corporaciones que, sin participar directamente en las estructuras de representatividad política, tratan de mediatizar la decisión de los ciudadanos para un fin particular. Para ello, estos grupos tratan de influir sobre aquellos que ejercen el poder (partidos políticos, gobiernos, instituciones públicas…) para que sus decisiones favorezcan la implantación de actividades que generen sus beneficios particulares. Think tank, lobby, cabildear, y otros, más en desuso, como cofradía, cabale, camarilla…, son términos empleados para hacer referencia a los instrumentos que esos grupos de presión utilizan para ejercer su influencia en la toma de decisiones que les afectan.


El término inglés lobby (pl. lobbies) significa vestíbulo de un hotel o de otros establecimientos como cines, teatros, restaurantes… También se refiere una entrada o sala de espera de un edificio o una oficina, y para designar los salones del parlamento inglés donde los diputados se reúnen. De ahí viene otra palabra inglesa, lobbyist (cabildero), que, desde la Inglaterra del siglo XIX, se refiere a la persona o personas encargadas de gestionar con actividad y maña para ganar voluntades en una corporación. De esta manera, el término lobby acabó por utilizarse para designar a un grupo de cabilderos que trabajan con intereses comunes y que realizan acciones dirigidas a influir ante la Administración Pública y promover decisiones favorables a los intereses de sectores concretos de la sociedad.

Un think tank es una institución, vinculada o no a partidos políticos o grupos de presión, pero que se caracteriza por algún tipo de orientación ideológica. Dado que su actividad consiste en la reflexión intelectual (orientada desde algún supuesto ideológico) sobre asuntos científicos, estratégicos, culturales, de política y economía nacional e internacional, resultan de allí consejos o directrices que posteriormente los partidos políticos u otras organizaciones pueden o no utilizar para su actuación en sus propios ámbitos. Esta expresión inglesa, think tank, se ha intentado adaptar al idioma español con distintas expresiones como comité de expertos, comité de sabios, instituto de investigación, centro de pensamiento, laboratorio de ideas, etc. Normalmente se trata de organizaciones en las que trabajan teóricos e intelectuales de forma multidisciplinar, que elaboran análisis o recomendaciones políticas. Sus trabajos tienen habitualmente un peso importante en la política, y también en la opinión pública, particularmente en Estados Unidos.

Parlamento Europeo
Pero, ¿cómo actúan estos grupos de presión? Se puede admitir como  legítima la defensa de intereses particulares de instituciones o empresas, mas lo que da que pensar es cuando los intereses particulares se anteponen o sustituyen a los intereses de la ciudadanía con prácticas que bordean la democracia. En cualquier caso, es cuestionable la opacidad con la que actúan estos grupos. 

Para hacernos una idea de su magnitud, en 2002 había en Bruselas, capital institucional de la Unión Europea, más de 10.000 cabilderos profesionales vagando por los vestíbulos de la Comisión, del Consejo y del Parlamento europeo y, asimismo, las más de 200 multinacionales con oficinas en esta capital contaban con no menos de 500 grupos de presión industriales. 

Un completo e interesante análisis de la vorágine con que actúan estos grupos en la Unión Europea lo podemos encontrar en el libro “Europa, S.A. La influencia de las multinacionales en la construcción de Europa” (Ed. Icaria, 2002), cuyos autores, Adam Ma´anit, Ann Doherty, Belén Balanyà, Erik WesseliusOlivier Hoedeman, son miembros del Corporate Europe Observatory (CEO), con sede en Amsterdam. El CEO es un grupo de investigación que fomenta campañas centradas en las amenazas a la democracia, la equidad, la justicia social y el medio ambiente, que suponen el poder económico y político alcanzado por las multinacionales y sus lobbies

Europa, S.A. ofrece una perspectiva detallada y veraz de las prácticas sistemáticas que las empresas multinacionales, a través de grupos de lobby, vienen utilizando para influir sobre las políticas de la UE y de otras instituciones internacionales como la OCDE, la OMC y las NN.UU. Sus autores señalan a los principales actores de estas prácticas antidemocráticas y analizan los factores estructurales y políticos que han favorecido el actual dominio del poder político por parte de las empresas multinacionales. En sus análisis ponen de manifiesto las actuales estrategias económicas neoliberales de la UE, que incluyen la desregulación y las privatizaciones en prácticamente todos los sectores, así como la subordinación de cualquier política a los objetivos de la competitividad internacional. 

El libro se centra en las actividades de los grupos de lobbies de las multinacionales y en las alianzas estatales fomentadas por esas empresas. Entre estos grupos se incluyen la Mesa Redonda Europea de Empresarios (ERT), el Diálogo Empresarial Transatlántico (TABD), la Cámara Internacional del Comercio y la Asociación para la Unión Monetaria en Europa (AMUE). Mediante ejemplos de casos se analiza la influencia de las multinacionales sobre las políticas de transporte y las vinculadas a la biotecnología y el cambio climático, así como proyectos clave para la globalización económica como la Asociación Económica Transatlántica y el Acuerdo Multilateral de Inversiones.

“La gente no entiende que es la Unión Europea. No entiende cómo funciona y no sabe qué personas la gestionan, pero sí sabe que a esas personas no las eligieron los ciudadanos”. Con esta declaración del máximo representante de uno de los lobbies que operan en Europa arranca el documental de investigación “Los negocios de Bruselas”, una aclamada producción austríaco-belga, dirigida por Matthieu Lietaert & Friedrich Moser, en 2012.

Dos expertos nos introducen en el sistema y funcionamiento de los lobbies en la capital comunitaria. El primero, Daniel Guegen, cuenta con una trayectoria de 30 años en un grupo de presión. En su Instituto de Formación Europea se puede aprender los delicados mecanismos de cabildeo en la UE a partir de cero. El segundo, Olivier Hoedeman, coautor de Europa, S.A., trabaja para la ONG Corporate Europe, a la que ya nos hemos referido anteriormente.

Desde dentro del sistema intervienen Pascal Kerneis, director gerente de un club de las corporaciones multinacionales en la industria de servicios, y Mariano Lossa, que hace campaña en favor de una ONG. Las actividades de estas personas y los grupos a los que representan están dirigidas a ejercer toda la presión posible para sus intereses específicos en relación con las futuras políticas comerciales de la UE. Sin embargo, el juego de cabildeo no tiene reglas. Es impulsado por la lucha por el acceso a las instituciones, la creación de redes favorables, la experiencia y el control sobre la opinión pública.

El documental, en fin, muestra las repercusiones de las Empresas de Bruselas sobre nuestra vida cotidiana: comida, ropa, vivienda, agua y suministro de energía, medio ambiente, turismo, salud, seguridad social y economía. Disfrútenlo y reflexionen.

A.J.G.G.

LOS NEGOCIOS DE BRUSELAS (2012)






6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias. Si te interesa el tema, mírate esto:

      http://aulaadriana.blogspot.com.es/2013/11/el-auge-del-capitalismo-del-desastre.html

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  2. Realmente interesante, la historia se repite, y la sociedad no cambia. Quizás sí los métodos pero el resultado es el mismo. Saludos y enhorabuena por la entrada.

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  3. Es encomiable tu actitud de información y esclarecimiento del funcionamiento de los grupos de presión, lobbies o como se les quiera llamar, la reseña del libro Europa SA y el documental Los negocios de Bruselas.Me parece muy interesante la labor del CEO que pone al descubierto la influencia de esos grupos de presión en las decisiones que toman los políticos. La visión del documental me ha llevado a la reflexión de que, al menos en España, no hay un contrapoder poderoso que frene a estos lobbies. Aquí nos contentamos en muchos casos con manifestaciones más o menos grandes especialmente en las grandes ciudades cuando ya el cocido está hecho y las decisiones están tomadas. Las asociaciones ciudadanas tendrían que formar también lobbies de presión que obligaran al gobierno a negociar y no a imponer ya que los sindicatos, en su mayoría , están muy domesticados y atados.Para eso se requiere una sociedad civil mucho más activa que exija más transparencia y fiscalización de la labor de gobierno y contra la corrupción , de esta manera posiblemente se obligaría a los políticos a tener en cuenta que un programa electoral es para cumplirlo. Como decía un slogan del 15 M " Cuando se mueven los de abajo , los de arriba tiemblan". Micamo

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    1. Así son las cosas, querido amigo, pero tu ya sabes qué difícil es hacer entenderlas incluso a los más cercanos. Educación y participación. Ahí está la clave.

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