viernes, 23 de abril de 2021

Días de Pandemia: la vacuna

23.04.2021. Cuadringentésimo octavo día desde el inicio de la Pandemia. 7.30 a.m. Me levanto como todos los días y desayuno. Hoy recibiré la vacuna contra el Covid 19. El pasado miércoles por la tarde me llamaron desde el Distrito Sanitario: “El viernes se le vacunará en las instalaciones del Jaén Arena”.  Recibo la noticia con cierto nerviosismo, sobre todo, porque temo a la deslealtad de mi memoria, y no retener con precisión los datos que me comunica el teléfono: “viernes, día 23, a las 18.30; segunda dosis el día 14 de mayo a la misma hora”. Doy las gracias y digo a ella: “Rápido, apunta en el calendario”. Yo también anoto precipitadamente ambas fechas en la agenda de mi smartphone. Repaso, repasamos. Respiramos. Ella me abraza feliz. Me dice: “¡Qué ganas tenía!”. Y es que me quiere. Teme por mí y por esos achaques crónicos de salud que ya no me abandonarán nunca.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Estampas de Navidad

El día del sorteo de la lotería de Navidad todos los niños habían comenzado las vacaciones. Aquella mañana la rutina diaria se tornaba mágica al son del canturreo radiofónico de los niños de San Ildefonso, cuya monotonía se alteraba, excitante, cada vez que aquellos pequeños tenores cantaban un premio, y no digamos cuando, en lugar de pedrea, había saltado un premio de la categoría de los gordos. Era el delirio, el éxtasis, la emoción surgida de aquel gorgoritear que, por unas horas, convertía a todos en soñadores abocados al destino de los elegidos.

—¡Mamá, mamá... el tercero ha tocado en Albacete!

Al final de la mañana, agotadas todas las esperanzas, era cuando la madre le volvía a la realidad sentenciando:

—No te preocupes, hijo, lo importante es la salud, y, mira, nosotros estamos todos estupendamente, gracias a Dios.

viernes, 21 de julio de 2017

Siestas de holganza

El verano, para nosotros, comenzaba una vez que habíamos pasado el trago de recibir las calificaciones escolares. Durante días acechábamos la llegada a nuestras casas de aquel hombre educado y bueno, Adolfo; para nosotros, portador de incertidumbres, enviado por el colegio de los franciscanos y que era el garante de que nuestros padres fueran informados sobre el severo juicio de nuestra trayectoria escolar durante el curso.  Entre San Antonio y San Juan, deambulábamos, avizores de la presencia del temido mensajero o socavando información sobre su itinerario del día anterior. Cuando se consumaba el comunicado y había pasado la tempestad para los que habían cosechado calabazas, llegaba nuestro verdadero asueto. Ello sucedía después de las fiestas de San Juan y se alargaba hasta pasada la feria de San Bartolomé, finalizando el mes de agosto. Hasta entonces cabalgábamos desbocados por nuestra torpe y amartelada pubertad, sin cuaderno de ruta, sorteando vigilancias y agradeciendo al sol su complicidad a la hora de la siesta.

viernes, 10 de marzo de 2017

Daños colaterales

Existe una creciente y sibilina penetración intelectual de pseudomensajes inquisitoriales que no reparan en criminalizar de forma implacable a todo lo que se menea, si es que ello no concuerda con el pensamiento único al que cada uno se aferra. Ya no son los mensajes del miedo procedentes de los centros de poder, ya los fabrican ellos mismos o contribuyen, como un ejército clandestino refugiado en el anonimato, a arrasar al señalado emitiendo condenas inapelables. Para ello han hallado en WhatsApp, Twitter, Facebook y demás redes sociales una guillotina implacable que produce daños colaterales imprevisibles.

viernes, 22 de abril de 2016

Afeitado apurado

Youtube fue creado en el año 2005 por tres antiguos empleados de PayPal y, al año siguiente, fue adquirido por Google Inc. por la no despreciable cifra de 1.650 millones de dólares. En sólo 10 años se ha convertido en el mayor archivo audiovisual que jamás pudo imaginarse (en 2006 la revista Time le  otorgó el premio al «Invento del año»). Como todos los avances tecnológicos de la era de Internet sorprende más su capacidad de difusión que la tecnología misma. Es difícil cuantificar las dimensiones que ha adquirido este enorme archivo de contenidos multimedia desde  que sus creadores subieran el primer vídeo (‘Me at the zoo’), pero lo cierto es que Youtube ha contribuido a la democratización de la difusión  de creaciones audiovisuales así como del acceso a joyas cinematográficas inaccesibles de otra manera.

Gracias a esta capacidad del gigante del streaming, me he dado de bruces con un sobrecogedor cortometraje del inefable Martin Scorsese: ‘The Big Shave’, traducido al español como “El gran afeitado” o “Afeitado apurado” (1967)